JAIME R. ECHAVARRÍA.- El maestro Jaime R Echavarrìa, nació en la ciudad de Medellîn (Colombia) el 13 de Noviembre de 1923. Sus estudios universitarios los realizó en la Universidad Pontificia Bolivariana en donde se graduó de ingeniero químico. Durante su vida se destacó como Gobernador de Antioquia, embajador de Colombia en Suiza y Etiopía, columnista de opinión del diario el espectador, ademas Director Nacional de Comercio Exterior. Pero sería su música el motivo por el cual se llevaría los mejores reconocimientos en su vida; gracias a sus piezas musicales mas reconocidas como fueron: Me estas haciendo falta, cuando voy por la calle y noches de Cartagena entre otras, interpretadas por artistas muy reconocidos como: Helenita Vargas, Armando Manzanero, maría Marta Serra Lima y otros mas.
El maestro Jaime fue padre de cinco hijos con la distinguida dama Rosa Elena López, la fuente de inspiración de la mayoría de sus canciones incluyendo su obra musical » Muchacha de mis Amores».
Jaime R echavarria, obtuvo muchos reconocimientos mediante su vida artística como los honores que recibió como fueron: la cruz de Boyacá en el año 2003 o la Distinción al Mérito Artístico y el Escudo de Antioquia en la categoría oro.
Jaime R echavarria, obtuvo muchos reconocimientos mediante su vida artística como los honores que recibió como fueron: la cruz de Boyacá en el año 2003 o la Distinción al Mérito Artístico y el Escudo de Antioquia en la categoría oro.
El maestro Jaime R Echavarría es considerado como uno de los legados de la música colombiana. Se estima que compuso entre 54 y 58 canciones.
sus últimos años de vida fueron en el centro de atención especializada en el adulto mayor El Ciruelo, ubicado en el sector de El Poblado de medellín en donde se dedico tres años de su vida a tocar muchas melodías en su piano lo cual alegraba la vida de sus mas de treinta compañeros de hogar.
El ilustre maestro Jaime erre muere el día 29 de enero de 2010 a causa de una deficiencia renal, un suceso triste para Antioquia, para las letras, la poesía y el romanticismo. Colombia esta de luto ante la perdida de uno de los mas íntegros exponentes de nuestra música, quien marco con sus letras sinnúmero de corazones.
sin duda para toda Colombia es un triste suceso la muerte de Jaime R Echavarría.
sus últimos años de vida fueron en el centro de atención especializada en el adulto mayor El Ciruelo, ubicado en el sector de El Poblado de medellín en donde se dedico tres años de su vida a tocar muchas melodías en su piano lo cual alegraba la vida de sus mas de treinta compañeros de hogar.
El ilustre maestro Jaime erre muere el día 29 de enero de 2010 a causa de una deficiencia renal, un suceso triste para Antioquia, para las letras, la poesía y el romanticismo. Colombia esta de luto ante la perdida de uno de los mas íntegros exponentes de nuestra música, quien marco con sus letras sinnúmero de corazones.
sin duda para toda Colombia es un triste suceso la muerte de Jaime R Echavarría.
JORGE MOLINA CANO.- Fue un célebre compositor antioqueño nacido en Medellín, Colombia, en 1898. Falleció en Barrancabermeja en 1927.
Legó obras inmortales a la cultura colombiana como el pasillo “Las Acacias” y el bambuco “Dolor sin nombre”.
Era sobrino de don Fidel Cano, fundador del diario “El Espectador” de Bogotá. Su muerte ocurrió en medio del mayor abandono y pobreza.
JOHN JAIRO TORRES DE LA PAVA.- Es un autor musical y compositor colombiano. Nació en Itagüí, Antioquia, Colombia, el 31 de octubre de1958. Reside actualmente en Medellín.
JOSE A. BEDOYA.- En abril de 1985 estuvo en Medellín el cantante José A. Bedoya, conocido como "El cantor de los diciembres", cuyas grabaciones están salpicadas de picardía y de algún doble sentido muy disimulado, que sólo se vislumbra por parte de audioyentes suspicaces o de alguna morbosidad. José Ángel Bedoya Gómez nació en Frontino el 26 de enero de 1934 estudió su primaria en esta población y estuvo algún tiempo en Uramita; posteriormente se viene a la ciudad de Bello donde comienza a laborar en la empresa textil Fabrícalo.. En aquel 85 que visitó a Medellín, aprovechó la ocasión para hacer nuevas grabaciones, de las cuales también han llevado a sus voces sus hermanos Agustín, fallecido, y Joaquín. Una trilogía de cantantes especializados en música bailable y parrandera, propicia para los fines de diciembre y para fiestas en cualquier fecha. José A. vive en los Estados Unidos desde hace varios lustros.
José Ángel Bedoya decía que la música como que nace con uno y a él le gustaba desde que era muy niño; en aquel tiempo los padres, lo castigaban a uno si tenía inclinaciones musicales; pero él José se iba al escondido de mi mamá, loma arriba, para llegar a otra vereda llamada El Limón, donde una gente hasta familiares de nosotros, tenía un grupo musical; en la casa había mucho que hacer y José en lugar de colaborar, se le volaba a mi mamá, viajaba hasta bien lejos y todo porque le encantaba el sonido de la lira, el tiple y la guitarra; claro que él sabía que al regresar ya tenía ganado el castigo de mi mamá. Allí con estos músicos campesinos, José fue aprendiendo tonos; y él le decía a mi mamá:
Mamá, el castigo pasa, pero yo aprendo.
Una cosa curiosa es que José tocó en una banda de pueblo; y me acuerdo si la trompeta, pero en todo caso fue un instrumento de viento, pues a él le ha gustado mucho todo eso; después aprendió a tocar lira y bandola; y en 1951 más o menos, él ya tenía unos compañeros que tocaban; no serían unos músicos virtuosos, pero ya tocaban y eran solicitados para animar reuniones, porque en ese tiempo no había ni grabadoras, ni luz eléctrica, ni nada por allá en esas veredas; fíjese que se alumbraba con velas, lámparas de petróleo, y la gente se amanecía con un tiple y dándole a un taburete; y cualquiera que sabía dos o tres cancioncitas, las cantaba toda la noche, y con eso bailaban hasta el amanecer. José entonces ya cantaba canciones que se aprendía por ahí en el pueblo, y en el conjunto punteaba la lira y la guitarra también; pero en ese tiempo la melodía fuerte la llevaba la lira, el tiple iba llenando, y la guitarra como para acompañar, o como decimos nosotros, para 'pedaliar'; entonces eran: lira, guitarra y tiple y tocaban música de Antonio Posada, pasillos como Patas D’hilo y otras muy viejas, Que Vivan Los Novios y duchas más. Un día ellos se fueron dizque a amenizar un matrimonio como si el matrimonio se pudiera amenizar, a una vereda que se llama El Alto del Uvo; y cuánto tiempo hará eso, que el año pasado yo estuve en esa vereda y una señora fue la que me contó:
Mamá, el castigo pasa, pero yo aprendo.
Una cosa curiosa es que José tocó en una banda de pueblo; y me acuerdo si la trompeta, pero en todo caso fue un instrumento de viento, pues a él le ha gustado mucho todo eso; después aprendió a tocar lira y bandola; y en 1951 más o menos, él ya tenía unos compañeros que tocaban; no serían unos músicos virtuosos, pero ya tocaban y eran solicitados para animar reuniones, porque en ese tiempo no había ni grabadoras, ni luz eléctrica, ni nada por allá en esas veredas; fíjese que se alumbraba con velas, lámparas de petróleo, y la gente se amanecía con un tiple y dándole a un taburete; y cualquiera que sabía dos o tres cancioncitas, las cantaba toda la noche, y con eso bailaban hasta el amanecer. José entonces ya cantaba canciones que se aprendía por ahí en el pueblo, y en el conjunto punteaba la lira y la guitarra también; pero en ese tiempo la melodía fuerte la llevaba la lira, el tiple iba llenando, y la guitarra como para acompañar, o como decimos nosotros, para 'pedaliar'; entonces eran: lira, guitarra y tiple y tocaban música de Antonio Posada, pasillos como Patas D’hilo y otras muy viejas, Que Vivan Los Novios y duchas más. Un día ellos se fueron dizque a amenizar un matrimonio como si el matrimonio se pudiera amenizar, a una vereda que se llama El Alto del Uvo; y cuánto tiempo hará eso, que el año pasado yo estuve en esa vereda y una señora fue la que me contó:
José no nos dio clases a nosotros, y yo creo más bien que eso nace con uno; claro que hay gente que aprende tonos, pero a puntiar, no le enseña a uno nadie; eso lo tiene que hacer uno de su cuenta y sobre todo, a uno tiene que gustarle mucho.
José Muñoz sacó Los Gotereros; y ese número era para que lo cantara José, mi hermano, pues él era el cantante famoso en ese tiempo y yo apenas estaba empezando; yo no había grabado sino El Ratón, o tal vez había grabado algunos, pero todavía no habían salido al comercio: El Gato De Elvira y otros, pero estaba empezando; entonces Muñoz le dio Los Gotereros a mi hermano, lo llevaron a Sonolux, y a Don Otoniel no le gustó; recuerde que en ese tiempo la 'demostración' de los discos era verbal, no es como ahora que se lleva un cassette; fíjese que había veces, que a uno se le olvidaba la música en el momento de demostrarla y eso era un problema muy serio; José Muñoz llevó el disco al sello Silver y tampoco les gustó y lo mismo pasó en Codiscos; mientras tanto transcurría el tiempo.... y entonces me lo dieron a mí; yo volví y se lo llevé a Don Otoniel y volvió y me lo rechazó; en éstas y las otras pasaron dos diciembres y el disco no se grababa; pero un día que estábamos terminando unos discos, Don Otoniel dijo:
Bueno, ¿y qué más tienen por ahí?
Y yo contesté,
Ah pues, tenemos Los Gotereros.
Y ese fue uno de nuestros grandes éxitos. Recuerdo que grabó José, y a mí me tocaba grabar enseguida; entonces el operador de grabación dijo:
Ya no hay tiempo de grabar más; mejor le damos otro turno a Agustín pa' que grabe mañana, pues ahora entra a grabar Olimpo Cárdenas.
Pero como Los Gotereros llevaba tanto tiempo sin grabarse, nosotros nos lo sabíamos de memoria, entonces le dijimos:
Hombe, nosotros ese número lo sacamos de un solo tiro.
Él aceptó; José cogió la guitarra y ese número salió 'de una'; no hubo que repetir nada, todo mundo estaba bien 'cuadraíto' en el micrófono, y el número salió de una tacada.
A José A. como pasó con Los Gotereros muchos temas no le gustaban, y entonces no los grababa, pues él sostenía que esos números no se acomodaban a su voz o a su estilo; lo que sí no grababa José eran temas muy vulgares, pues aunque fue de los precursores del doble sentido, no le gustaba grabar canciones muy verdes; la prueba es que ninguno de nosotros, nunca tuvo problemas con la curia que era tan celosa en este aspecto; a uno a veces le pasaban letras fuertes para que las grabara, pero primero la empresa hacía cierta censura, y además uno tenía que fijarse, pues si era fuerte no le iban a pasar el tema por ninguna emisora; y si no se pasaba por la radio entonces no se iba a vender.
José A Bedoya, no fue cantante de orquestas, pero sí grabó con orquestas algunos boleros; y también grabó con conjunto de acordeón.
José sólo me puntiaba a mí y las canciones que él grabó, pues sostenía que él tenía su estilo, y si a todo mundo le puntiaba, entonces se perdía su estilo, y que era mejor que lo identificaran por su estilo; y eso es así, usté oye el punteo de José, y en toda pinte lo identifica; incluso casi que ni a mí le gustaba puntiame, pues en este sentido ha sido muy celoso.
José A. Bedoya era y es un tipo juicioso, nunca fue un borracho; ¿sabe cuál era el vicio de nosotros en ese tiempo?, bailar; nosotros éramos enfermos por ir a todos esos bailaderos; por ejemplo a José le gustaba mucho ir a bailar al club Pensylvania, que quedaba por Robledo, a Primavera, al Gran Pandequeso, al Balcón de Medellín y otros; José bailaba muy bien.
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